
¿Quién manda ¿ Los sentimientos o las emociones ?
En el vasto universo de la psicología, una de las preguntas más relevantes y frecuentes que surgen en consulta es: ¿Quién manda ¿ Los sentimientos o las emociones ?. Esta cuestión no solo toca aspectos fundamentales de nuestra experiencia humana, sino que también invita a una reflexión profunda sobre el modo en que procesamos lo que nos sucede, lo que pensamos y cómo eso afecta nuestra forma de sentir.
A menudo utilizamos los términos «emociones» y «sentimientos» de manera indistinta. Sin embargo, desde una perspectiva psicológica, es esencial distinguirlos para entender verdaderamente cómo funcionan nuestros procesos mentales y cómo podemos gestionarlos de forma más consciente y saludable.
¿Quién manda ¿ Los sentimientos o las emociones ?
Las emociones son respuestas automáticas, rápidas y universales del cuerpo ante un estímulo interno o externo. Son reacciones fisiológicas inmediatas, como el miedo al escuchar un ruido fuerte o la alegría ante una buena noticia. Las emociones surgen de estructuras cerebrales primitivas, como la amígdala, y están profundamente ligadas a nuestra supervivencia.
Por otro lado, los sentimientos son el resultado de la interpretación consciente de esas emociones. Son más duraderos y complejos, y se ven influenciados por nuestros pensamientos, creencias y experiencias pasadas. Por ejemplo, sentir nostalgia al ver una foto antigua es un sentimiento que nace de una emoción (tristeza, ternura) interpretada a través de la memoria.
Entonces, si entendemos que las emociones son la chispa inicial y los sentimientos la narrativa que construimos a partir de esa chispa, la pregunta ¿Quién manda ¿ Los sentimientos o las emociones ? adquiere una nueva dimensión. No se trata de elegir entre uno u otro, sino de entender cómo se relacionan y, sobre todo, qué papel juegan nuestros pensamientos en todo este proceso.
El modelo ABC de la psicología cognitiva
El modelo ABC es una herramienta fundamental en psicología cognitiva para comprender cómo se forman nuestras respuestas emocionales. Fue propuesto por Albert Ellis, uno de los fundadores de la terapia racional emotiva conductual (TREC), y establece tres componentes esenciales:
- A (Activating event) – Acontecimiento activador: una situación externa o interna que desencadena una reacción.
- B (Beliefs) – Creencias: los pensamientos, interpretaciones o juicios que hacemos sobre el evento.
- C (Consequences) – Consecuencias: las emociones y conductas que resultan de esas creencias.
Lo interesante de este modelo es que plantea que no son los acontecimientos en sí (A) los que generan nuestras emociones (C), sino la forma en que los interpretamos (B). Por ejemplo, dos personas pueden enfrentar la misma situación —una crítica en el trabajo—, pero una puede sentirse abatida y la otra motivada. La diferencia está en sus creencias y pensamientos.
De ahí que, cuando nos preguntamos ¿Quién manda ¿ Los sentimientos o las emociones ?, la verdadera clave está en mirar el punto B del modelo: nuestras creencias. Si modificamos nuestras interpretaciones, podemos influir directamente en cómo nos sentimos, sin necesidad de cambiar los eventos externos.
La tiranía del pensamiento automático
Muchas veces no somos conscientes de los pensamientos que guían nuestras emociones. Estos pensamientos automáticos son rápidos, fugaces y, a menudo, irracionales. Están moldeados por experiencias pasadas, educación, cultura, traumas y aprendizajes inconscientes.
Un ejemplo clásico es el pensamiento catastrófico: “Si fallo en esta presentación, todo el mundo pensará que soy un inútil”. Este tipo de pensamiento distorsiona la realidad y genera una emoción intensa, como ansiedad o vergüenza, que podría evitarse si se reformulara de manera más racional y flexible.
Por eso, una parte esencial del trabajo terapéutico cognitivo-conductual consiste en identificar, cuestionar y reestructurar esos pensamientos automáticos para que las emociones asociadas sean más proporcionales y manejables. Aprendemos a pasar del piloto automático al modo consciente.
Cómo desarrollar una gestión emocional más funcional
Para mejorar la relación entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, es necesario cultivar la conciencia emocional. Aquí te comparto algunas claves prácticas:
- Detente y observa: En lugar de reaccionar automáticamente, date unos segundos para observar qué estás sintiendo y pensar qué lo ha causado.
- Identifica tus pensamientos: Pregúntate: “¿Qué estoy pensando ahora mismo?”. Trata de escribirlo para visualizarlo mejor.
- Cuestiona tus creencias: ¿Es ese pensamiento absolutamente verdadero? ¿Existe otra forma de ver la situación?
- Reformula de forma funcional: Sustituye pensamientos rígidos o catastróficos por interpretaciones más realistas, flexibles y compasivas.
- Permítete sentir: No se trata de evitar las emociones, sino de transitarlas con conciencia, sin que tomen el control de tus decisiones.
Conclusión: ¿Quién tiene el mando real?
Volviendo a la pregunta principal: ¿Quién manda ¿ Los sentimientos o las emociones ?, la respuesta más precisa desde la psicología cognitiva es que ni uno ni otro manda por sí solo. El verdadero mando lo tienen nuestros pensamientos. Las emociones surgen, son naturales, pero es nuestra interpretación la que determina su intensidad y duración. Los sentimientos, como prolongación consciente de esas emociones, están moldeados por cómo pensamos y evaluamos lo que vivimos.
Comprender el papel que tienen nuestros pensamientos en nuestro día a día nos permite interpretar situaciones desagradables de nuestra vida de otra manera, una más funcional, permitiéndonos adaptarnos mejor a ellas, transitando mejor las emociones. Entender que no son los acontecimientos en sí los que determinan cómo nos sentimos, sino la forma en que los interpretamos nos permite transitar emociones desagradables con mayor conciencia y flexibilidad, en lugar de quedar atrapados en reacciones automáticas que intensifican el malestar.
Así que te pregunto:
¿Eres consciente de qué pensamientos influyen en cómo te sientes?
¿Cómo gestionas las emociones que te resultan difíciles?
Cuanto más desarrolles esta conciencia, más capacidad tendrás para vivir desde un lugar de elección, y no de reacción.